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Cultivado sin pesticidas ni productos químicos

Respetamos la naturaleza, no utilizamos pesticidas, ni productos químicos que son perjudiciales tanto para el terreno donde se vierten como para las personas que los manipulan.

 

Como fertilizante únicamente usamos compost, de modo que el suelo recibe los elementos que necesita y no contamina ni la tierra ni los acuíferos. Mantiene la materia orgánica de la tierra y, por tanto, frena la desertificación. La fertilización química por el contrario mata la vida microbiana del suelo, agotándolo, y contaminando los ecosistemas (suelo, acuíferos...). 

Si el suelo no tiene productos químicos, los alimentos cultivados en él no los absorben y por tanto no perjudican nuestro organismo y salud al ingerirlos, haciendo que a nuestro organismo le sea más fácil asimilarlos evitando alteraciones del metabolismo. Según especialistas en nutrición, gran parte de las enfermedades degenerativas tienen su origen en la alimentación.

 

Los alimentos ecológicos son más saludables, más ricos, más nutritivos y tienen más sabor que los convencionales. Al crecer de forma natural respetando los tiempos de la naturaleza, se conservan mejor y durante más tiempo.

La agricultura ecológica y sus ventajas

La agricultura ecológica utiliza más trabajadores que la agricultura convencional, ya que una gran parte de sus labores son manuales. Esto contribuye a evitar la despoblación creando y fijando puestos de trabajo.

 

El agricultor no depende de multinacionales de fitosanitarios o semillas. Semillas que al ser transgénicas en su mayoría no permiten su reproducción y cada año hay que comprar y sembrar de nuevo.

Impulsa variedades autóctonas. Mantiene el hábitat de la fauna silvestre, lo que permite y favorece la vida de numerosas especies.